El Archipiélago de las Galápagos está
situado en el Océano Pacífico, 1.050 kilómetros al oeste de Ecuador.
Está conformado por 13 grandes islas volcánicas, 6 islas más pequeñas y
107 rocas e islotes, las cuales se distribuyen alrededor de la línea
del ecuador terrestre.
Las islas
Galápagos son famosas por sus numerosas especies endémicas y por los
estudios de Charles Darwin que le llevaron a establecer su teoría de la
evolución por la selección natural.
En
las islas Galápagos nos encontramos con la combinación perfecta de
grandes encuentros submarinos con interesantísimas excursiones
naturalistas en tierra.
Especies importantes que habitan las islas:
Tortuga Gigante o Galápago que es el animal que dio nombre a las islas, Iguana terrestre, Iguana marina la única especie de iguana que procura su alimento en el mar, la endémica Gaviota de lava, el Pingüino de Galápagos la única especie que se ha registrado en el hemisferio norte, una especie de cormorán no volador, el cernícalo o gavilán de las Galápagos, también endémico, la garza enana de las Galápagos, y 13 especies endémicas de pinzones.
Cada isla de las Galápagos es única, y para conocer su biodiversidad, recomendamos entre otras:
Seymour Norte,
donde verá piqueros de patas azules, colonias de fragatas, gaviotas de
cola bifurcada, lobos e iguanas marinas. También iguanas de tierra, el
cactus de Opuntia y una vegetación que cambia de color según la época
del año.
Isla Española,
Bahía Gardner Bay, playa de arena blanca con una pequeña población de
lobos marinos. Punta Suarez, albatros entre los meses de Abril y
Octubre, lobos marinos, iguanas marinas, pinzones de Darwin, Palomas de
Galápagos y el impresionante hueco soplador.
Floreana,
Post Office Bay y el famoso barril que sirvió como depósito de
correspondencia para los barcos balleneros en el siglo XVIII. Punta
Cormorán, playa de arena verde de cristales de olivina. Tras una
caminata hasta la otra parte de la isla se encuentra una playa de arena
blanca muy fina donde anidan las tortugas marinas (Diciembre-Mayo)
Santa Fe,
colonias de lobos marinos, iguanas terrestres, gaviotas y petreles.
También se pueden contemplar sus bosques de cactus gigante y palo santo.
Estación Científica de Charles Darwin. Aquí se puede ver en estado de
crianza a los Galápagos y al famoso solitario Jorge.
Isla Bartolomé
se pueden apreciar formaciones de lava y conos de ceniza. Esta isla es
una de las más visitadas y fotografiadas con su roca Pináculo en cuyo
pie se pueden ver lobos marinos y pingüinos. Puerto Egas con su paisaje
de lava negra y piscinas naturales donde se puede nadar con leones
marinos. Este lugar es excelente para bucear.
Isla Rabida, su playa de arena roja donde se pueden observar colonias de lobos de
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pelos y en la parte de atrás de la playa, una colonia de flamencos.
También se pueden observar pelícanos pardos, piqueros y nueves especies
de pinzones de Darwin.
Sombrero chino,
una isla muy pequeña habitada por aves como gavilán de Galápagos,
pelícanos, gaviota de lava. También se puede hacer snorkel para ver
ocasionalmente manta raya y lobos marinos.
Santa Cruz,
hacia el norte está la Caleta Tortuga y para visitarla es necesario
hacer un recorrido en panga por un manglar y se podrá observar a
tortugas marinas anidando en ciertas épocas del año.
información turística
Como polo de atracción
turística, Galápagos difícilmente puede ser
superado. Con sus animales de apariencia
prehistórica, lo agreste de su paisaje, lo
sangriento de su historia, lo exótico de su
flora y fauna, han dado razón a ciertos autores
como William Beebe, en denominarlas «Galápagos,
fin del mundo».
Nada más atrayente que este sugestivo
membrete para crear la «necesidad» de
la gente de visitarlo; pero el turismo a
Galápagos es un turismo especial, no de ocio y
diversión, ni de grandes hoteles, de playas
atiborradas, de caberets y casinos, sino todo lo
contrario, de visita a las islas, de admirar la
naturaleza en su primitivo esplendor, de
experimentar por un momento esa vida tan
sencilla, pero al mismo tiempo tan
tranquila y más humana que la que diariamente
atosiga al pobre habitante de las grandes
aglomeraciones humanas que llamamos ciudades.
El turismo es «transeúnte» y las estadías
en las diferentes islas de lo más breves
para no estropear los sitios visitados.
El alojamiento se hace en yate-hotel, o en
pequeñas cabañas.
Hace algunos años no había turismo en su sentido
moderno, lo que había es una cierta curiosidad
de conocer un lugar alejado y conocido por
pocos, para lo cual se conseguía un boleto en la
única embarcación comercial, más o menos
pasable, el Cristóbal Carrier, que hacía
sus recorridos mensuales, o en algún
crucero de la Armada Nacional que ocasionalmente
ofrecía este tipo de transporte.
A partir de 1969, con un sentido más
comercial, se establecen «tours»
organizados que le ofrecen al visitante lo
siguiente: traslado en avión a la Isla Baltra,
recórrido de ocho o quince días en un barco bien
acondicionado, con buena alimentación y
atención a bordo, y el viaje de regreso. También
había a disposición yates más pequeños e
incluso algunos turistas que deseaban
permancer en las islas podían hospedarse
particularmente o en ciertos casos, como en la
Isla Santa Cruz, en un hotel de primera
categoría: el Hotel Galápagos.
En la actualidad este tipo de turismo se
ha popularizado. No hace falta mencionar los
yates y aviones que hacen el servicio, pues
basta con acercarse a cualquiera de las oficinas
de viajes de las ciudades principales para
obtener información y precios actualizados.
Una vez en Galápagos, para que el
turista saque mayor provecho de su visita,
el Servicio de Parques Nacionales ha
seleccionado los lugares más atractivos y los ha
dispuesto con senderos de recorrido, los cuales
se hallan señalados con pequeñas estacas
pintadas de blanco. Ciertas zonas proclives a la
destrucción, como bordes de cráteres, lugares
de escasa vegetación, etcétera están
vedados al visitante, pues lleva un
letrero con una leyenda clara: «No pase».
Generalmente, en los barcos que llevan
numerosos turistas a bordo, el guía es
el encargado de hacer cumplir los Artículos
del Reglamento a los que deben sujetarse los
visitantes, so pena de ser sancionados y que son
las siguientes:
1. Ningún animal debe ser perturbado y ninguna planta o roca tocada o movida.
2. Ningún material puede ser transportado a las Islas o de una Isla a otra.
3. Los animales no deben ser tocados o acariciados.
4. No se debe dar ningún alimento a los animales.
5. Se prohíbe asustar o perseguir a todo ser viviente, de su nido o lugar de reposo.
6. Se prohíbe llevar animales falderos o favoritos a las Islas.
7. Los desperdicios de todos tipo deben ser sacados de las Islas.
8. No se debe comprar recuerdos tales como colmillos de lobo marino, carapachos de tortugas o galápagos.
9. Si hubiera urgencia de comprar alguno de éstos, diríjase al Servicio de Parque Nacional.
10. Cuando acampe, no haga fogatas.
11. No escriba sobre las rocas nombres o frases de ninguna naturaleza.
12. No tenga vergúenza de mostrar su actitud conservacionista.
13. Solicite información al Servicio de Parque Nacional sobre cualquier viaje en Galápagos.
2. Ningún material puede ser transportado a las Islas o de una Isla a otra.
3. Los animales no deben ser tocados o acariciados.
4. No se debe dar ningún alimento a los animales.
5. Se prohíbe asustar o perseguir a todo ser viviente, de su nido o lugar de reposo.
6. Se prohíbe llevar animales falderos o favoritos a las Islas.
7. Los desperdicios de todos tipo deben ser sacados de las Islas.
8. No se debe comprar recuerdos tales como colmillos de lobo marino, carapachos de tortugas o galápagos.
9. Si hubiera urgencia de comprar alguno de éstos, diríjase al Servicio de Parque Nacional.
10. Cuando acampe, no haga fogatas.
11. No escriba sobre las rocas nombres o frases de ninguna naturaleza.
12. No tenga vergúenza de mostrar su actitud conservacionista.
13. Solicite información al Servicio de Parque Nacional sobre cualquier viaje en Galápagos.
Si bien es dable creer que no se cumplan
todos estos postulados a pie juntillas,
no obstante, al pasar por los lugares turísticos
se observa que los visitantes colaboran
cuando son advertidos a tiempo y se les da
facilidades para lograr estos propósitos, como
es el señalamiento claro de los senderos que
pueden utilizarse y la provisión de fundas de
plástico para recoger cortezas de frutas,
papeles y aun colillas de cigarrillos.
Así,
pues, a pesar de ser cerca de los 10.000
turistas que pasan anualmente por las
Islas, no se detecta la destrucción y el
hacinamiento de basura que puede causar una
muchedumbre de esa magnitud.
Ello nos lleva a meditar que si bien Galápagos
es un lugar turístico por excelencia, su
desarrollo tiene que ser limitado, pues de otra
manera no alcanzan las facilidades existentes y
el excesivo número de visitantes se escaparían
del control de las autoridades, con la
consiguiente destrucción de lo que precisamente
es el atractivo de Galápagos: sus bellezas
naturales. Últimamente se conoce que se
ha fijado una cuota máxima de 12.000
turistas anuales.
Como es natural, el visitante tiene interés en
conocer lo más exótico y lo menos trillado, sin
embargo, el recorrido es fijo y generalmente es
como sigue:
Vuelo en
avión de Guayaquil a Baltra: dos horas quince
minutos aproximadamente. En barco, tres días y
medio de Guayaquil a San Cristóbal. Tomando este
lugar como punto de partida, y haciendo el
recorrido en sentido de las manecillas del
reloj, tenemos:
San Cristóbal
Antes conocida como
Chatham, es la capital de la provincia. Tiene
dos centros poblados principales:
Puerto
Baquerizo Moreno, en honor del primer
Presidente ecuatoriano que visitó las
Islas, era el Puerto Chico de comienzos de
siglo, y El Progreso, población interior donde
se hallaba el Ingenio y la Hacienda Progreso de
Manuel J. Cobos. Ambos lugares pueden ser
visitados y es una excelente oportunidad para
observar el cambio de vegetación conforme se
ascienden unos pocos metros hacia el
centro de la isla. Otros lugares
interesantes de conocer son:
La
Lobería, la Bahía de las Tijeretas,
Cerro Brujo y el León Dormido, una gran
formación rocosa a la entrada al puerto, y sobre
todo la laguna de agua dulce, en la parte
superior de la isla: el lago del Junco, un
cráter volcánico al cual se llega por una vía
cuyo recorrido es de una hora aproximadamente.
Española
Continuando rumbo al Sur
se encuentra la Isla Española o Hood, de
pequeñas dimensiones (60 Km2),
deshabitada, pero llena de fauna variada,
desde iguanas propias de la isla,
lagartijas de lava, culebras y galápagos de tipo
montura, incluyendo un sinnúmero de aves.
Notable es la colonia de albatros, de los cuales
se calcula unas 10.000 parejas, muchas de ellas
haciendo el nido en los mismos senderos
turísticos, sin temor a ser molestados. Objeto
de curiosidad es una especie de géiser,
pues no es volcánico, sino un túnel en
el cual penetra una ola de ciertas
características y sale por un surtidor al final,
elevándose el agua hasta la altura de 20 metros
para deshacerse con la brisa, en una fina
llovizna.
Floreana
A unos 60 kilómetros al
Este de La Española se halla La Floreana, Santa
María o Charles, de una dimensión de 170 km2.
Es la isla más conocida por sus dramas
sangrientos y por sus misteriosas
desapariciones. Su puerto de acceso es Playa
Prieta o Black Beach, donde se encuentra el
poblado. Cercano a él se halla el sitio
denominado La Lobería, de fácil acceso para el
visitante. En el interior de la isla, en la
parte alta, se encuentran las chacras de Ritter
y, al Sur, el Asilo de la Paz, lugar en el cual
se afincaron los Wittmer. Cercano a este
lugar, se levantaba la casa prefabricada:
el Paraíso de la Baronesa Wagner de
Bousquet. En el centro de la isla: el Cerro de
las Pajas, de 680 metros de altura.
A
media hora de navegación de Playa Prieta
rumbo Norte, se halla la Bahía del
Correo o Post Office Bay, donde se halla el
buzón establecido por Colnett en 1793.
Cerca de este lugar se puede divisar la
Corona del Diablo o Islote Onslow, cono
volcánico que emerge del mar y cuya
impresionante apariencia sobrecoge el espíritu
del visitante. Poco más allá Punta Cormorant, en
la cual existe una playa donde se puede recoger
pequeños cristales de olivina. En esta costa se
ve ocasionalmente pinguinos y en las lagunas
cercanas a la playa, flamingos. Al otro
lado de la Punta se distingue una amplia
bahía de una arena blanquísima en la cual
generalmente desovan las tortugas, es la Bahía
de los Tiburones.
En
la parte Oriental de la Isla se destaca la Bahía
de las Cuevas, en las cuales dice la tradición
se alojaban los piratas.
Isabela
Al Noroeste de la Floreana
se halla la Isabela o Albemarle, la más extensa
del Archipiélago (4.588 Km2).
Es la isla de las grandes pampas y el
ganado cimarrón. Su lugar de acceso es
Puerto Villamil. La entrada a la Bahía es
un poco difícil debido a la gran cantidad de
rocas en la costa de acantilado bajo y grietas
profundas que hacen dificil la navegación, a lo
que hay que agregar un mar siempre agitado.
Del Puerto a 20 kilómetros se halla la
población de Santo Tomás (en honor de
Berlanga), cercano al cual se divisa el
Muro de las Lágrimas en el campamento Alemania
de la Colonia Penal que existió hasta 1959.
En el interior de la
isla existen seis grandes cráteres volcánicos:
Ecuador, Wolí, Darwin, Alcedo, Sierra Negra y
Cerro Azul. El cráter Sierra Negra tiene
10 kilómetros de diámetro, siendo el
segundo en tamaño en el mundo.
Fernandina
Ocasionalmente se puede ir
por la parte Occidental de la Isabela y
continuar a lo largo del Estrecho de Bolívar que
separa esta Isla de la Fernandina o Narbo
rough. Esta última no es más que un volcán de
intensa actividad, por tanto, estéril y
desértica. En la parte superior del
Estrecho se observa una enorme bahía hacia el
lado de la Isabela. Es la Bahía Bancos (Banks
Bay) formada por el colapso de la pared Suroeste
de un viejo cráter.
Pinzón
La mayor parte de las
veces no se rodea la Isabela, sino de Puerto
Villamil se toma hacia el Norte, pasando cerca
de la Isla Pinzón o Duncan, pequeña en tamaño,
deshabitada y sin importancia. Está
situada entre la Isabela y la Santa Cruz.
San Salvador
San Salvador, Santiago o
James, está situada al Noroeste de la Santa
Cruz. Su superficie es de 584 Km2, está deshabitada y no apta para cultivos.
Se accede por la Bahía James (James Bay),
cuya playa está rodeada de grandes
barrancos de espuma de lava susceptible al
golpe de las olas; a pocos kilómetros de la
bahía se encuentran dos cráteres volcánicos en
forma de cono invertido, en cuyos vértices se
hallan grandes depósitos de cristales salinos de
gran pureza.
En
1963, cuando la sal constituía todavía Monopolio
del Estado, se llevaban a cabo trabajos para la
extracción de la sal y su venta en el
continente, mas el Decreto de la
Desmonopolización y la libertad para la
industrialización terminó con los esfuerzos para
establecer una industria más en Galápagos. En
1975 sólo quedaba el esqueleto de un galpón de
madera y un tanque de agua enclavado en
el barranco.
Cerca de la Bahía James se puede visitar
una colonia de focas peleteras. Cerca de James
Bay se observa «La Cueva de los Piratas»
(Bucaneer Cove).
San Bartolomé
Al Este de la Isla
Santiago se encuentra una pequeñita: La San
Bartolomé. El sitio de acceso a la Isla es la
Bahía Sullivan, en cuya costa se desembarca y
se comienza la ascensión de una
prominencia volcánica, la misma que por
los muchos cráteres y solfatares tiene una
apariencia lunar. Desde la cima, que está a unos
100 metros de altura, se divisa en la parte
baja dos bahías en forma de herradura, una junto
a la otra, dejando un istmo entre ellas. La de
la derecha remata en su extremo en dos extrañas
formaciones de roca basáltica: una en
forma de cono y otra en forma de pluma,
que es espectacular por su esbeltez.
Seymour y Baltra
Continuando hacia el Este
se llega a un conjunto de tres Islas: Seymour,
Baltra un poco más al sur y, separado por el
Canal de Itabáca, la Isla Santa Cruz.
Las dos primeras son áridas y no hay
mucho que decir, excepto que en la
Segunda Guerra Mundial fue ron las que el
Gobierno Ecuatoriano cedió en calidad de aliado,
para que fueran convertidas en bases militares
norteamericanas. Precisamente el aeropuerto
usado en la actualidad es uno de los construidos
para la defensa aérea y naval del Canal de
Panamá.
De las construcciones que existieron
hasta el año 1948, muchas fueron destruidas,
otras desarmadas y trasladadas a otros lugares,
por fin, otras tantas abandonadas.
Islas Plaza
Como principal Puerto de
Santa Cruz, Puerto Ayora, queda en la parte Sur
de la Isla, el recorrido se hace por su parte
Oriental para pasar junto a las Islas
Plaza. Estos islotes, pues son de menor
tamaño, se caracterizan por tener en sus
costas grandes colonias de lobos marinos y otros
especimenes de fauna exótica en un paisaje
realmente impresionante.
Santa Cruz
Esta Isla fue conocida
como Indefatigable. Aun cuando tiene únicamente
agua salobre, no obstante, es la más habitada y
la más pintoresca del grupo. Una amplia bahía
de un azul turquesa, la Bahía de la
Academia (Academy Bay) permite la entrada
a Puerto Ayora. La bahía se halla flanqueada
por un acantilado en la parte Occidental, en
donde se observa varias casas sobre las rocas.
Una de ellas es la Casa de las Iguanas, donde
cientos de iguanas negras invaden la casa a la
hora de la comida, al llamado de su dueño,
Karl Angermeyer.
En la siguiente casa que pertenece a su
hermano se puede visitar la Cueva, lugar
en el cual se han reunido varios objetos
curiosos de todas partes del Archipiélago.
Al otro lado de los acantilados se abre
una bahía enorme de arenas muy blancas y
de aguas ricas en langostas. Se llama Bahía
Tortuga o más comúnmente se usa su nombre
en inglés: Tortuga Bay.
A
la derecha de la Bahía de la academia está
situada la población de Puerto Ayora. Junto al
poblado se halla la Estación Biológica Charles
Darwin.
Entre el
acantilado y Puerto Ayora existe un pequeño
canal que conduce entre piedras y manglares a
una laguna interior que se abre espléndida y
tranquila: es el Estanque de las Ninfas. Dicen
los vecinos que en él se solian bañar la
esposa e hija de un colono, a las cuales
las confundieron con ninfas.
En la parte alta de la isla se halla la
zona agrícola. En su trayecto se observa
el cambio de vegetación con relación a la
altura y humedad. En la parte alta se encuentran
pequeños poblados: Bellavista, Occidente, Santa
Rosa y continuando con la vía que va al Norte,
hacia Baltra, el poblado de Santa Cruz.
Hacia el Norte se halla la Bahía de
Conway. Esta Bahía se cierra en su
extremo formando un estrecho canal de agua
turquesa, por el cual se entra para de sembarcar
en la isla. Una vez en tierra, el visitante
puede observar una gran cantidad de iguanas
terrestres y una playa extensa de rocas negras
que dan un fondo imponente al paisaje.
Santa Fe
Por último, al regresar a
San Cristóbal para cerrar el periplo, se observa
hacia el Occidente la Isla Santa Fe o
Barrington. Esta es pequeña y carece de
agua dulce; sin embargo, en ella viven
una gran cantidad de chivos a los que se les
puede ver en largas hileras caminando por el
borde del acantilado. Dicen los colonos que
sobreviven porque se han adaptado a beber agua
de mar.
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